Alejandro Farnesio, "el Rayo de la Guerra".


Pocas veces en la historia, ningún personaje a tenido unos antecedentes familiares tan extraordinarios como cuando, el 27 de agosto de 1545 nació el tercer duque de Parma y Plasencia, don Alejandro Farnesio. Por un lado, su madre, doña Margarita de Austria, gobernadora de los Países Bajos, era hija ilegitima del emperador Carlos V. Por otro lado, su padre, Octavio Farnesio, era nieto del papa Paulo III. Por lo que por las venas de Alejandro Farnesio corría sangre real y pontificia.



Su boda le retuvo en Flandes mientras su amigo y tío, don Juan de Austria ascendía en el escalafón militar, sofocando la rebelión de las Alpujarras y obteniendo experiencia militar al mando de las galeras del Mediterráneo. Hasta que reclamó su ayuda en la formación de la Santa Liga.


La participación de Alejandro de Farnesio en la batalla de Lepanto, en 1571, no fue esencial, pero dio muestras de su talento. En la conquista de Túnez, en 1573, adquirió más protagonismo, aunque no sería hasta que, de nuevo, su amigo don Juan, nombrado gobernador general de los Países Bajos, reclamará su ayuda para sofocar la rebelión en Flandes, cuando en realidad se vería el extraordinario talento para el arte de la guerra que poseía el tercer príncipe de Parma.

A finales de 1577, al mando de 6.000 hombres de los tercios viejos, Alejandro Farnesio entraba en Luxemburgo para ayudar a su amigo y sobrino. A principios del año siguiente, al mando de don Juan de Austria, un ejército formado por 17.000 soldados de los temibles tercios de España y algunos de los más grandes generales del Imperio español, hizo retroceder a 25.000 rebeldes hasta Glemboux, donde tendría lugar la gran batalla.
 
En un momento critico de la batalla, cogió la lanza de un paje y cargo contra el enemigo, seguido de numerosos caballeros, haciendo huir a la caballería enemiga que se estrelló contra su propia infantería, que quedo a la merced de la carga de los hombres que seguían al príncipe de Parma. A pesar de la gran victoria, don Juan reprendió a su amigo, que estaba allí como general, no como soldado. A lo que Alejandro respondió, “qué él había pensado que no podía llenar el cargo de capitán quien valerosamente no hubiese hecho primero el oficio de soldado”, ante el clamor de los tercios. Aquí fue donde Alejandro se gano el sobrenombre de “Rayo de la guerra”.




La leyenda de Alejandro Farnesio no paro de crecer a finales del siglo XVI: Gembloux, Ofensiva en Flandes, el nombramiento como Gobernador de los Países Bajos, Las uniones de Arrás y Utrecht, el famoso sitio de Amberes, su negativa a la expediciónd e la Armada Invencible y sus campañas finales en Francia.



Puente Farensio en Amberes.

Poco después regresó a Flandes. Allí, durante el asedio de Caudebec, el 25 de abril de 1592, resultó herido de un disparo de mosquete, falleciendo la noche del 2 al 3 de diciembre de 1592 en la Abadía de Saint-Vaast de Arrás.

Fue uno de los más grandes generales de la historia de España.

Carlos de Austria, hijo de Felipe II.


Carlos de Austria  (Valladolid, 8 de julio de 1545 – † Madrid, 24 de julio de 1568) fue un heredero de la Casa de Austria, Príncipe de Asturias. Caracterizado por su formación débil y enfermiza, fue hijo de Felipe II y su primera esposa María Manuela de Portugal.


En su genealogía destaca una acusada consanguinidad. En lugar de 8 bisabuelos tuvo 4 y en lugar de 16 tatarabuelos, 6.

Fue uno de los personajes más controvertidos del reinado de Felipe II. como todos los príncipes e infantes de España, fue amamantado hasta los dos años, llegando tres de sus nodrizas a fallecer. Con siete años tuvo a su primer preceptor, Honorato Juan, quien consiguió que el joven se entusiasmara, durante breve tiempo, con sus lecciones. Con doce practicaba los deportes de moda y solía montar a caballo.

De carácter enfermizo, don Carlos se trasladó por recomendación médica a Alcalá de Henares, donde estudió junto a Alejandro Farnesio y don Juan de Austria.

Pronto se pensó en casar al príncipe, eligiéndose varias candidatas y concretando en doña Ana de Austria, futura esposa de Felipe II. Pero la cuestión de la boda se dilataba cada vez más y don Carlos manifestaba mayores ansias de adquirir un territorio donde gobernar.

Esa es la cuestión que se apunta como la culpable de la presunta traición que le llevó al encarcelamiento y la muerte.

Pintura de la Batalla de Lepanto de Juan de Toledo y Mateo Gilarte.



Pintura de la Batalla de Lepanto de Juan de Toledo y Mateo Gilarte, obra del siglo XVII. 1663-1665. Ubicación: Iglesia de Santo Domingo, Murcia

Fue realizado por encargo de la Cofradía del Rosario, y concretamente de Mateo Gilarte, mayordomo de la misma por los años 60, del siglo XVII. El óleo es el resultado de la colaboración de Juan de Toledo y Mateo Gilarte. La escena estrictamente bélica corresponde a Juan de Toledo, siendo de Mateo Gilarte la Virgen con el Niño y el rosario y los cuatro tondos con los retratos de los personajes más importantes que tuvieron que ver con la célebre batalla representada (el Papa Pío V, convocante de la Liga Santa; Felipe II, rey de España; don Juan de Austria, hermano natural del rey y capitán general de los ejércitos victoriosos, y Solimán, sultán turco derrotado en la guerra.) Se piensa que el retrato de Solimán sea el del mecenas del cuadro, un antepasado del conde de Almodóvar.


Pertenece al género de pinturas de batallas que en los siglos XVI y XVII fue tratado de manera triunfal y gloriosa. Desde el punto de vista técnico la composición está muy bien lograda. Las más de cuatrocientas naves de las dos armadas, envueltas en humo y velas entrecruzadas, dotan al cuadro de un carácter épico. Lo cual no impide la minuciosidad en el detalle descriptivo que permite localizar en sus naves a los protagonistas del evento.

La escena se puede contemplar desde arriba, donde se sitúa la Virgen con el Niño y el rosario, enmarcada por la característica guirnalda de flores constante en la obra de Gilarte.

Isabel de Valois. Reina de España.


Isabel de Valous (Fontainebleau, Francia, 1546 - Madrid, 1568) fue Reina de España. Era hija de Enrique II de Francia y Catalina de Médicis, de la dinastía Valois. Aunque en su niñez estuvo prometida al futuro Eduardo VI de Inglaterra, al morir éste Isabel de Valois entró en las negociaciones previas del tratado de Cateau-Cambrésis, por el cual se acordó su boda con el príncipe Carlos de España, en 1559.


Ese mismo año, la muerte de María Tudor, segunda esposa de Felipe II, y la influencia del cardenal Granvela y sus consejeros de los Países Bajos, determinaron que Isabel de Valois se convirtiera en la tercera esposa del monarca español, y como tal, en reina de España. La unión de las coronas española y francesa fue acogida con entusiasmo en Francia. Gracias a su matrimonio y a la intervención de Isabel en favor de la firma de los acuerdos de Bayona con Francia (1565), Felipe II estrechó la alianza contra el protestantismo.



Es famosa por su belleza y sensibilidad. Al venir a España desde Paris sufrió mucho en la corte de Felipe II. Además estuvo siempre influenciada por su madre, la reina de Francia. Aunque siempre fue fiel a su marido y a España. Tuvo dos hijas: dos hijas, Isabel Clara Eugenia, nacida en 1566, y Catalina Micaela, en 1567.

Fue una gran amiga de Juan de Austria y Alejandro Farnesio.

Isabel de Valois murió al año siguiente al dar a luz a su tercer hijo. Sus restos mortales reposan en el monasterio de El Escorial.

Mapa original de la Batalla de Lepanto.

Mapa de la Batalla de Lepanto.
Original conservado en el Archivo General de Simancas

De entre la documentación celosamente conservada en el Archivo General de Simancas relativa a la batalla, Testimonio Editorial ha elegido las dos piezas que tienen mayor significado: el documento original de la Liga Santa, firmado por las tres partes y escrito en vitela (25, mayo, 1571) y el mapa original de la batalla, con anotaciones en italiano y dibujos de barcos, que indica la disposición de las flotas contendientes –la turca formando una media luna y la cristiana, una cruz.

Mapas de la Batalla de Lepanto.


Os dejo una selección de mapas de la batalla de Lepanto.







Sofonisba Anguissola.

A Sofonisba Anguissola se la considera la primera artista que aun siendo mujer alcanza un éxito considerable como pintora.

Su nombre se debe a que su familia tuvo una estrecha conexión con la historia antigua de Cartago, por lo que nombraron a su progenie en honor del gran general Aníbal, llamando a su hija como la trágica protagonista cartaginesa Sofonisba.

Fue llamada a la corte de Felipe II para servir como dama de compañia de la reina Isabel de Valois, con la que llego a tener una gran amistad. En Madrid conoció a don Juan de Austria y a Alejandro Farnesio. Además, rivalizó con el pintor oficial de la Corte. Cuando murió Isabel de Valois con tan sólo 22 años, Sofonisba no abandonó la corte española, como hubiera sido lo lógico, sino que Felipe II la animó a quedarse cuatro años más, ayudando en la crianza de sus dos hijas.


Sofonisba fue ante todo una buena retratista, capaz de modelar con acierto las figuras y sobre todo de dotarlas de una lograda profundidad psicológica, una interrelación gestual que en muchas ocasiones traslada al propio espectador, con el que se comunica en muchas de sus obras directamente a través de la mirada intensa de sus retratados. Su tratamiento del color recibe ya cierta influencia manierista, aunque sin excesos cromáticos. También en el detallismo minucioso de vestimentas y complementos se acerca a la técnica minuciosa de algunos manieristas españoles. En otros géneros no debía de sentirse tan cómoda, como lo demuestra no sólo el escaso número de obras con otra temática que no fuera el retrato, sino también algunas carencias en ellas, sobre todo en la estructura compositiva.

Murió a la edad de 93 años en Palermo en 1625. Fue internacionalmente aclamada y respetada a lo largo de su vida.

Don Juan de Austria en Nápoles.

“Para vuestra Excelencia, Nápoles es la ciudad apropiada para que de las hazañas en campo de Marte, paséis, aunque nocivo, al jardín de Venus”


El Cardenal Granvela, virrey de Nápoles, a don Juan de Austria (1573).

Palabras del corsario calabrés Uluch Alí.

Genízaros valientes
de Marte belicosos descendientes
de Ala, azote arrogante,
rayos de Europa, soles de Levante,
que de las turcas lunas
habéis adelantado las fortunas,
cuyos corbos alfanjes
fueron cometas del Danubio al Ganges,
hoy bajáis siendo dueños
de tantas alabanzas como leños,
del mar con el tridente
a castigar la armada de poniente
y su pretesto loco con Luchali Baja,
Piali y Sirocco,
Vuestros tres generales del sol
Antorchas y de Ala fanales.

Palabras del corsario calabrés Uluch Alí.
“El águila del agua” de Luis Vélez de Guevara (1579-1644).

La Real, la galera de don Juan de Austria en la Batalla de Lepanto.



En julio de 1571, Don Juan de Austria, Capitán General de la Mar, embarcaba hacia Génova, a bordo de la galera real, cuyo programa decorativo había elaborado el humanista sevillano Juan de Mal Lara. La galera se concibió como una obra edificante y anunciadora de la victoria venidera; se convirtió en el soporte representativo de un sueño político que anhelaba la victoria cristiana, proyectando al Rey Felipe II hacia la consecución de su ambición universalista. La constitución de la Liga Santa le proporcionó la oportunidad de erigirse como el guía temporal de la cristiandad, el brazo armado de Dios. La galera real debía estar a la altura de sus pretensiones políticas.


En 1971, para conmemorar el 400 aniversario de la batalla de Lepanto, de construyó una replica de La Real que se encuentra en el Museu Marítim en Barcelona.


La Galera Real fue construida en Barcelona, fue el buque insignia de Don Juan de Austria en la Batalla de Lepanto de 1571, la mayor batalla naval de la historia, la flota de la Liga Santa derrotó a la flota del Imperio Otomano bajo el mando de Ali Pacha.

La Real y la galera turca Sultana, insignia de Ali Pacha, se enfrentaron en un combate directo. La Sultana fue abordada y tras una hora y media de sangriento combate, con refuerzos a los dos buques de sus respectivas flotas, fue capturada. Ali Pacha fue gravemente herido por un mosquete, y tras caer sobre cubierta, fue decapitado por un soldado español, lo que afectó gravemente a la moral de sus tropas. La Real capturó la "Gran bandera del califa" y se convirtió en el símbolo de la victoria en Lepanto.

Como buque insignia, estaba lujosamente ornamentada y pintada en rojo y oro. Su popa, estaba dotada de numerosas esculturas, bajorrelieves y otros ornamentos, muchos de los cuales, estaban inspirados en temas religiosos, los cuales, le fueron encargados el diseño a Juan de Mal Lara, comisión que cumplió además escribiendo una Descripción de la popa de la galera real del serenísimo señor don Juan de Austria, capitán general del mar.

Luis de Requesens, mano derecha de don Juan de Austria.

Luis de Requesens y Zúñiga (Molins de Rey, 25 de agosto de 1528 – Bruselas, 5 de marzo de 1576) fue un militar, marino, diplomático y político español, gobernador del Estado de Milán (1572–1573) y de los Países Bajos (1573–1576).

Durante 1571 y 1572 fue el brazo derecho de don Juan de Austria, aunque en realidad y por carta firmada por el rey Felipe II, lo que ejercía era de segundo jefe de la Armada y como tutor del Príncipe. Por instrucciones secretas se le comunicaba que «por sus cualidades reunían, la prudencia, buen juicio, virtudes diplomáticas, experiencia marinera en este mar y una respetada condición nobiliar».

 «Todo lo que hubiera de despacharse por escrito, debía llevar la firma tanto del capitán general como la suya» y aún insistía más al decirle en esa instrucción reservada adjunta «todo lo que ordenare e hiciese debía ser de acuerdo, sin poder don Juan apartarse de él de ninguna manera y en caso de que se apartara alguna vez de su parecer, le facultaba para hacer discretamente las diligencias que creyera convenientes, para acudir a su regia autoridad, todo ello, sin demostraciones públicas y guardando la consideración que al príncipe se debía».

Por otra carta de junio del mismo año de 1571, se le designa como una de las tres personas, junto a don Álvaro de Bazán y don Juan Andrea Doria, que tienen que prestar su consentimiento a la decisión de presentar el combate, pero al mismo tiempo se mantiene la orden de que el «capitán general no podía expedir ni firmar disposición ninguna sin la previa revisión y aquiescencia de don Luis».

En la batalla de Lepanto combatió con gran vigor, y sus muy acertadas disposiciones contribuyeron enormemente al triunfo final. Guardó, no obstante, tal discreción y tacto que quedó en un segundo plano, tanto por seguir las recomendaciones de su Rey, como por el cariño y afecto que profesaba a don Juan de Austria. Al terminar el combate, dirigió la recuperación de todos los bajeles posibles, mandando a continuación su reparación, para con ellos comenzar una expedición contra Túnez, que se efectuó al año siguiente.

La efectividad de su mando queda reflejada en la carta que cuatro días después del combate, don Juan dirigía a su Rey, en la que entre otras cosas le decía «que honraba al Comendador Mayor pero que vivía muy desgraciado, por el exceso de celo y demasía severidad con que a su juicio ejercía su papel, pues los dos trataban las infinitas materias, que no resuelvo sin él y que ya no podía hacer más para darle gusto, sino dejarle todo el cargo».

Se dice que fue muy importante, casi totalmente decisiva, su intervención para que la imagen del Santísimo Cristo de Lepanto y varias de las banderas de aquel memorable encuentro fueran llevadas a Barcelona. Requesens prometió a la virgen que mandaría construir un convento en Villarejo de Salvanés en su nombre si ganaban la batalla. Tras ganarla, este convento se empezó a construir en 1573 y hoy día lo preside la patrona de Villarejo de Salvanes, la Virgen de la Victoria de la Batalla de Lepanto. Como curiosidad, las fiestas de Villarejo se celebran el 7 de octubre; el mismo día en que se ganó la batalla de Lepanto.


De allí pasó a los Países Bajos, sustituyendo al duque de Alba como gobernador en 1573-76. Llegaba con el encargo de Felipe II de sustituir la postura intransigente adoptada por su predecesor en la represión de la insurrección protestante, por una política de conciliación más acorde con las posibilidades reales de la Monarquía. Requeséns decretó una amnistía y abolió el Tribunal de la Sangre, pero no consiguió reunir los Estados Generales ni hacer desistir de su rebeldía a Guillermo de Orange.

Tampoco en el terreno militar avanzó hacia la contención de la rebelión, pues fracasó en los sitios de Leiden y Middelburg, y vio cómo los tercios se amotinaban por no recibir su paga y arrasaban Amberes (1576). La Pacificación de Gante firmada entre católicos y calvinistas anunciaba una posible solución; pero la repentina muerte de Requeséns le impidió culminar la empresa, sustituyéndole Juan de Austria como gobernador.
       

Don Juan de Austria, vencedor de Lepanto.

Don Juan de Austria es junto Alejandro Farnesio el principal protagonista de esta novela histórica.


El nacimiento de Don Juan de Austria se produjo en 1547, hijo de Carlos V y Bárbara Blomberg. Muchos consideran que fue el quien heredó las cualidades del emperador y que su hermano, Felipe II, no se fiaba de él.

Carlos V se ocupó de retirar al que todavía era un bebé de los brazos de su madre, para entregarlo a un hombre de confianza, Don Luis de Quijada y traído muy pequeño a España y entregado a Francisco Massy, tocador de viola para su cuidado. En Leganés se crió bajo la atención de este servidor imperial y su esposa.

Don Luis de Quijada volvió pronto a por él para trasladarlo Castillo de Villagarcía de Campos en Valladolid.


En este castillo, fue educado por la esposa de Don Luis de Quijada, doña Magdalena de Ulloa. El joven don Juan fue presentado en el monasterio de Yuste al Emperador y en1559, el niño fue reconocido por Felipe II como hermano suyo. Felipe II le puso casa propia y le tuvo desde el principio un cierto cariño como miembro de la familia real, de la que ahora ya formaba parte por derecho. Aunque siempre le negó el tratamiento de alteza y tampoco le permitió ostentar la dignidad de infante.



Estudió en la Universidad de Alcalá de Henares, en compañía del hijo de Felipe II, el príncipe Carlos, y Alejandro Farnesio, hijo de Margarita de Parma (a su vez, hija ilegitima de Carlos V). Allí, los tres príncipes forzaron una gran amistad, si bien tuvo un fatal desenlace con la muerte del príncipe y heredero a la corona española, el príncipe Carlos.


La amistad con Alejandro Farnesio le acompañaría toda la vida. En esta época frecuento la corte y también entabló amistad con la reina, Isabel de Valois, llegando a ser padrino de su primera hija.

En Alcalá también conoció a un gran amigo, Miguel de Cervantes.

Su primer acto de guerra fue en la Guerra de Granada, al mando de las tropas con el cargo de Capitán General.


En 1571 fue nombrado generalísimo de la Santa Liga (alianza de las fuerzas navales del papado, Venecia y España para luchar contra el todopoderoso Imperio otomano); el piadoso y decidido Pío V estaba convencido de que era el hombre elegido por dios para defender a la Cristiandad.

Fue el vencedor de la famosa batalla de Lepanto. El resonante éxito de Lepanto, que puso fin al poderío turco en el Mediterráneo, avivó las ambiciones de Juan de Austria: Felipe II hubo de descartar prudentemente sus planes de aprovechar la situación para una gran expansión territorial por el Mediterráneo; también rechazó sus demandas de ser reconocido oficialmente como infante con tratamiento de alteza.



Después conquistó  Túnez, y en 1576, Felipe II le nombró Gobernador de los Países Bajos, posiblemente  para frenar sus ambiciones. La popularida de don Juan de Austria en toda Europa era desbordante, a un talento para la guerra y el mando fuera de lo común, sumaba un caracter abierto y cautivador, y para muchos era el verdadero continuador de la personalidad de su padre Carlos V.

Su misión era realmente imposible, ya se había demostrado con un gran general, el duque de Alba, no era suficiente para frenar la rebelión protestante; ni tampoco un gran diplomatico, Luis de Requeséns. Pero era una gran oportunidad para don Juan, ya que desde Flandes era posible lanzar, más adelante, una invasión de Inglaterra y coronarse como rey de aquel país junto a María Estuardo, reina de Escocia.


Su labor en Flandes fue un éxito parcial ya que conseguió el regreso de Flandes a la órbita española gracias a la publicación del Edicto Perpetuo. Sin embargo, no recibió los apoyos económicos y militares suficientes, además su secretario Escobedo fue asesinado en Madrid por secuaces de Antonio Pérez cuando acudió a la capital para solicitar ayuda. Las malas niticias y una extraña enfermedad, acabaron con su vida por en el campamento de Namur el 1 de octubre de 1578.


Cuando murió fue traido a España y enterrado en el Escorial, y gran honor que le rindió su hermano, quizás ya demasiado tarde.

Campamento de los Tercios cerca de Namur, junio de 1578.

El frío se te mete hasta los huesos en este país de herejes, la humedad hace que nunca consigas entrar en calor. Este pedazo de tierra es una herencia que nuestro rey está pagando demasiado cara.

Las noticias de la evolución del Gobernador General no son buenas, la fiebre no remite. Los hombres de los tercios: españoles, italianos, tudescos y flamencos; rodean la tienda donde descansa el que muchos apodan el Paladín de la Cristiandad.

Pero por difícil que sea la batalla, por numerosos que sean nuestros enemigos, siempre estaremos preparados para luchar. Como aquel amanecer, en que teñimos de rojo las aguas del golfo de Lepanto.

Papa Pío V.








San Pío (1504–1572). Papa nº 225 de la Iglesia católica de 1566 a 1572.


Pío V implementó completamente las decisiones del concilio de Trento y se dedicó a las reformas dentro de la Iglesia. Le dió un nuevo ímpetu a los seminarios y mejoró la calidad de los sacerdotes. Uso la inquisición en todos los casos en los cuales encontraba oposición, habiendo sido anteriormente Comisario General de la Inquisición Romana, conocía perfectamente el mecanismo de la persecución. Los Jesuitas estaban muy cerca de su corazón. Era extremadamente devoto de la Virgen Maria y rezaba el rosario todos los días. Durante su Papado tomó lugar la famosa Batalla de Lepanto en el año 1571, cuando la flota cristiana venció la flota turca.

Marco Antonio Colonna.



Marco Antonio Colonna (Civita Lavinia, 1535 - Medinaceli, 1 de agosto de 1584); almirante, general y virrey italiano de Sicilia.


Como consecuencia de la guerra de Siena fue nombrado comandante de la caballería española y capitán general del ejército.

En 1570 es nombrado capitán general de flota pontificia del Papa Pío V y pocos meses después es elegido por la Liga Santa como capitán general de la flota dirigida por Don Juan de Austria para enfrentarse contra los turcos otomanos.

Durante la Batalla de Lepanto, el 7 de octubre de 1571, dio muestras de gran estratega y valentía y salió victorioso. A su regreso a Roma el nuevo Papa Gregorio XIII lo ratificó de su puesto de capitán general y lo apoyó para que siguiera su lucha contra los turcos y luchar por Tierra Santa. Esta intención fue un fracasó debido al pacto de la República de Venecia hizo con los otomanos, después de la ruptura de la Liga Santa.

Colonna era señor de Marino y en a la vuelta de la Batalla de Lepanto fue recibido por la población con gran alegría y vítores, proclamándose una fiesta en donde el vino abundaba. Cada año se repite la misma fiesta en esta región italiana llamada "Sagra dell'uva".

En 1577 fue nombrado virrey de Sicilia por el rey de España Felipe II. Fue recibido en la península en 1584, donde murió.

La pricensa de Eboli.



Ana de Mendoza de la Cerda, princesa de Éboli, condesa de Mélito y duquesa de Pastrana, (Cifuentes, Guadalajara, 29 de junio de 1540 - Pastrana, 2 de febrero de 1592).


Doña Ana pertenecía a una de las familias castellanas más poderosas de la época: los Mendoza. Hija única del matrimonio entre don Diego Hurtado de Mendoza y de la Cerda, virrey de Aragón y también de Cataluña.

Se casó a la edad de doce años (1552) con Ruy Gómez de Silva, por recomendación del príncipe Felipe, futuro Felipe II; su marido era príncipe de Éboli (ciudad ubicada en el Reino de Nápoles) y ministro del rey.

Fue una de las mujeres de más talento de su época, y aunque perdió un ojo a causa de un entrenamiento de esgrima, se la estimaba como una de las damas más hermosas de la corte española. Entre las teorías que se barajan sobre la pérdida de su ojo derecho, la más respaldada es la que asegura que la princesa fue dañada por la punta de un florete manejado por un paje durante su infancia. Pero este dato no es claro, quizá no fuese tuerta sino bizca, aunque hay pocos datos que mencionen dicho defecto físico. En cualquier caso, su defecto no restaba belleza a su rostro; su carácter altivo y su amor por el lujo se convirtieron en su mejor etiqueta de presentación, y ejerció una gran influencia en la corte.

Cristo de Lepanto, en la Catedral de la Santa Cruz y Santa Eulalia.



Según la tradición oral esta imagen (Siglo XV) presidió la galera capitana del bando cristiano que en el golfo de Lepanto hundió la flota otomana el 7 de octubre de 1571, durante el pontificado del Santo Padre Pío V."


Según un relato, una bala de cañón llevaba dirección de impactar sobre él pero la figura, milagrosamente, se ladeó ligeramente esquivando el proyectil. Así quedó.

Se le atribuyen muchos milagros.

Se encuentra en la Catedral de la Santa Cruz y Santa Eulalia (también llamada, en lugar de catedral, Seo, o Seu en catalán) es la catedral gótica de Barcelona, sede del Arzobispado de Barcelona, en Cataluña, España.

Personajes: Álvaro de Bazán y Guzmán .




Poesía dedicada por Lope de Vega en 1588 a D. Álvaro de Bazán:


El fiero turco en Lepanto,
en la Tercera el francés,
y en todo mar el inglés,
tuvieron de verme espanto.
Rey servido y patria honrada
dirán mejor quién he sido
por la cruz de mi apellido
y con la cruz de mi espada.


Marino español al servicio de Felipe II (Granada, 1506 - Lisboa, 1588). Fue marino por tradición familiar, pues su padre -llamado como él- había sido capitán general de las galeras de la Monarquía Hispana. Las primeras acciones navales que mandó fueron proteger la flota de Indias de los corsarios que actuaban en el golfo de Cádiz (1544-62), socorrer a Mazalquivir y Orán del ataque de los berberiscos (1563), reconquistar y fortificar el peñón de Vélez de la Gomera (1564), y socorrer a los caballeros de la Orden de Malta frente a un ataque turco (1565).


Desde que en 1568 fue nombrado capitán general de las galeras de Nápoles se dedicó a combatir a los piratas del norte de África, al tiempo que auxiliaba al capitán general de la Mar, don Juan de Austria. Con ese papel intervino en la batalla de Lepanto (1571), primera acción verdaderamente ofensiva en la que tomó parte.

A partir de entonces, sus acciones pasaron del Mediterráneo al Atlántico, nuevo escenario naval prioritario para la Monarquía. Como capitán general de las Galeras de España (1576), participó en la ocupación de Portugal (1580); luego conquistó las islas Azores, que se habían convertido en el último reducto de la resistencia contra Felipe II, y que Francia intentaba separar del resto de Portugal (1582-83).

En premio por aquella acción el rey le hizo grande de España y capitán general de la Mar Océana. Su último encargo fue la invasión de Inglaterra; pero Bazán murió tras planear el ataque, mientras preparaba la que sería Armada Invencible. Su hijo, de igual nombre que él (1571-1646), siguió la tradición familiar y fue otro prominente marino de la Monarquía.